
La política debe renovarse imperativamente. Los sistemas políticos basados en un monologismo, es decir, en un pensamiento único, con frecuencia tienen en común imponer al hombre “una doctrina de salvación” supuestamente para liberarlo de su condición imperfecta y elevarlo a un estado “paradisiaco”. Por otra parte, la mayoría de estos sistemas no piden al ciudadano que reflexione sino que crea, lo que de hecho los asemeja a las “religiones laicas”.
Por el contrario, las corrientes de pensamiento dialogísticas y pluralistas se alimentan de intercambios, interacciones e incluso de contradicciones, lo que prohíben y se prohíben las ideologías totalitarias. Lo ideal sería que cada nación favoreciera el surgimiento de un gobierno que reuniera, amalgamando todas las tendencias, a las personalidades más aptas para dirigir los asuntos del Estado. En un sentido más amplio, se desea que algún día exista un Gobierno mundial representativo de todas las naciones, de la cual la ONU es solo el embrión.
Por el contrario, las corrientes de pensamiento dialogísticas y pluralistas se alimentan de intercambios, interacciones e incluso de contradicciones, lo que prohíben y se prohíben las ideologías totalitarias. Lo ideal sería que cada nación favoreciera el surgimiento de un gobierno que reuniera, amalgamando todas las tendencias, a las personalidades más aptas para dirigir los asuntos del Estado. En un sentido más amplio, se desea que algún día exista un Gobierno mundial representativo de todas las naciones, de la cual la ONU es solo el embrión.
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