
Las grandes religiones manifiestan dos movimientos contarios: uno centrípeto y otro centrifugo. El primero consiste en una práctica radical que se puede observar bajo la forma de integrismo como el cristianismo, el judaísmo, el Islam, el hinduismo, entre otros. El segundo se refleja por un abandono de su credo en general y de sus dogmas en particular. La aceptación de los dogmas religiosos ya no es automática. Los creyentes han adquirido cierto sentido crítico acerca de temas religiosos y la validez de sus convicciones responde cada vez más a una autovalidación.
Así es como aparecen en nuestros días, al margen o en lugar de las grandes religiones, grupos afines, comunidades compartiendo las mismas ideas o movimientos de pensamiento, en los cuales las doctrinas son admitidas por una adhesión voluntaria. Las grandes religiones que respetamos como tales, ya no poseen el monopolio de la fe. Es porque responden cada vez menos a las interrogantes del hombre, quizás porque se han alejado de la espiritualidad. Su supervivencia hace necesario que deban adaptarse a la Sociedad.
La moral es un concepto cuyo significado se ha vuelto ambiguo, que es ridiculizada. No designa la obediencia a ciega a reglas, de ahí su rechazo actual. Sin embargo, la moral implica un equilibrio entre los derechos y los deberes de cada uno, lo que le da una dimensión humanista que nada tiene de moralizadora.
La moral plantea todo el problema de la educación. La mayoría de los padres han renunciado a este campo o ya no tienen las referencias requeridas para educar correctamente a sus hijos. Muchos se descargan en los profesores para mitigar esta carencia. Hoy el mundo tiene necesidad de una alquimia espiritual, que consiste en transmutar cada uno de sus defectos en su cualidad opuesta, con el fin precisamente de adquirir las virtudes, que constituyen la dignidad humana.
Así es como aparecen en nuestros días, al margen o en lugar de las grandes religiones, grupos afines, comunidades compartiendo las mismas ideas o movimientos de pensamiento, en los cuales las doctrinas son admitidas por una adhesión voluntaria. Las grandes religiones que respetamos como tales, ya no poseen el monopolio de la fe. Es porque responden cada vez menos a las interrogantes del hombre, quizás porque se han alejado de la espiritualidad. Su supervivencia hace necesario que deban adaptarse a la Sociedad.
La moral es un concepto cuyo significado se ha vuelto ambiguo, que es ridiculizada. No designa la obediencia a ciega a reglas, de ahí su rechazo actual. Sin embargo, la moral implica un equilibrio entre los derechos y los deberes de cada uno, lo que le da una dimensión humanista que nada tiene de moralizadora.
La moral plantea todo el problema de la educación. La mayoría de los padres han renunciado a este campo o ya no tienen las referencias requeridas para educar correctamente a sus hijos. Muchos se descargan en los profesores para mitigar esta carencia. Hoy el mundo tiene necesidad de una alquimia espiritual, que consiste en transmutar cada uno de sus defectos en su cualidad opuesta, con el fin precisamente de adquirir las virtudes, que constituyen la dignidad humana.
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